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El arte contemporáneo siempre se ha percibido como algo transgresor y difícil de interpretar, si se toman como referencia los trabajos artísticos anteriores. En efecto, el arte del siglo XII o, por ejemplo, el Renacimiento, son formas de arte tangible, inequívoco, un arte que podemos juzgar solo con nuestros sentidos. En cambio, los artistas contemporáneos, como Duchamp, Piero Manzoni o Lucio Fontana, trataron de explorar alternativas que se alejaron permanentemente de la historia milenaria del arte realista, que describe (o representa) la realidad visible. A diferencia de Picasso o Matisse (representantes de la generación artística anterior: surrealistas, impresionistas, etc.), Duchamp deja a un lado las técnicas artísticas tradicionales, como la escultura o la pintura, cambiando por completo el paradigma artístico. Así, toma un objeto de uso común, como un urinario, al que se le añade una firma y, de esta manera, se transforma en arte, pasando de ser un objeto de uso práctico a uno con función estética. La práctica del «ready-made», inconexa y provocativa, adquiere una dimensión estilística y expande el mundo del arte con resultados totalmente inesperados y sorprendentes, marcando también el punto de partida de muchos movimientos de inspiración conceptual que aflorarían en todo el mundo a partir de la II Guerra Mundial.

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Históricamente, el primer ready-made lo hizo Duchamp. El artista decidió, en su estudio de París, montar la rueda de una bicicleta sobre un taburete. Este proceso no tenía ninguna finalidad específica, y probablemente no se diseñó con idea de ser expuesto. Pero, de hecho, había creado su primer ready-made «rectificado». « Este término sirve para distinguir entre los ready-made en los que el artista ha intervenido mínimamente de los que no han sufrido ninguna modificación, Este segundo tipo de ready-made se corresponde a su segunda obra, el Portabotellas , que compró en una tienda. Otro ready-made no rectificado sería su Escultura de viaje, que no es más que una pala quitanieves. Entre sus ready-made más famosos, el que más destaca, con toda probabilidad, es la reproducción fotográfica de la Mona Lisa con un bigote y una perilla pintados a lápiz, con la inscripción «LHOOQ», que se puede traducir, desde el francés, como «ella tiene el culo caliente».

Su actividad artística durante esos años se expresa principalmente en la implantación de El gran vidrio, trabajo que quedó sin terminar en 1923. Esta obra maestra, tras instalarse en una galería de arte, la rompieron los propios trabajadores y Marcel decidió dejarla así. A partir de este año, abandona considerablemente su trayectoria artística para dedicarse en cuerpo y alma a su carrera como jugador internacional de ajedrez.

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Pero hay un último trabajo al que se entregó, en absoluto secreto, durante 20 años, desde 1946 a 1966: Etant donnés: 1 la chute deau, 2 le gaz déclairage. Este trabajo, enigmático desde su propio título, consiste en una puerta de madera gastada, desde cuyas mirillas se puede observar una visión parcial de una mujer desnuda acostada, con una lámpara de gas en la mano. VÍDEO de su interior.

Este último trabajo, de cuya existencia se supo solo tras la muerte de Duchamp, cierra el camino de un artista que no dejó de sorprender con sus trabajos, contribuyendo como pocos podrían hacerlo a crear un concepto del arte totalmente innovador.

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