En segundo lugar, el gran poder de los flujos de crédito significa que su control ha pasado a ser altamente político. Dado que ha tenido lugar una descentralización, la gestión del crédito es fijada por la negociación política. Todos los agentes prefieren un rápido crecimiento del dinero y el Banco Central no ha recibido las suficientes competencias para actuar como un árbitro autónomo y responsable. Sólo el miedo del daño político de una elevada inflación puede permitir al gobierno central imponer restricciones al crecimiento monetario.
- POLITICA FISCAL Y PRESUPUESTARIA
Al igual que la reforma financiera, la reforma fiscal se ha implementado de un modo relativamente poco gradual, llevándose a cabo una introducción de impuestos sobre los beneficios, una introducción del sistema de responsabilidad del contrato fiscal en 1985-86, la introducción del sistema del contrato provincial en 1988, la separación de los impuestos centrales y locales y una reforma del sistema de impuestos en 1994 y la reducción de las deducciones del IVA en las exportaciones en 1955.
El primer gran cambio consistió, como se ha explicado anteriormente, en que los beneficios comenzaron a ser retenidos en el nivel empresarial, mediante la introducción de impuestos sobre los beneficios, en vez de ser remitidos casi en su totalidad al Estado, lo que alivió al Estado respecto de la financiación de las inversiones empresariales.
Asimismo, se introdujo un “sistema de responsabilidad del contrato fiscal” en 1985-86, que consistía en la firma de contratos entre el gobierno central y los gobiernos locales en los que se fijaban los impuestos que tenían que entregar los segundos al Gobierno Central, los que tenían que compartir (y en qué proporciones) y aquellos que podían conservar. De hecho, siempre existieron acuerdos de este tipo, pero el sistema de contratos los formalizó.
En 1988, para fomentar que los gobiernos locales recaudasen impuestos, se instituyó el “sistema del contrato provincial”, por el que las provincias se comprometían a pagar al centro un importe determinado de ingreso fiscal, pudiendo quedarse el resto.
Por su parte, la Línea de Comercio Exterior, del Instituto de Crédito Oficial, financia hasta un 70% de la inversión española en proyectos de inversión en el exterior de carácter productivo, siempre que la empresa española participe con un mínimo del 20%, hasta un límite de 500 millones[1].
Junto a las entidades nacionales, existen una serie de organizaciones internacionales y supranacionales que fomentan el desarrollo y la inversión, concediendo financiación a proyectos en países en desarrollo. Las siguientes organizaciones conceden financiación a proyectos en China: Corporación Financiera Internacional, el Banco Europeo de Inversiones y la Unión Europea a través de su Programa ECIP.
La Corporación Financiera Internacional[2] invierte, a través de su participación en el capital y la concesión de préstamos sin garantías, en proyectos de hasta un 25% del coste total, generalmente entre un millón y 50 millones de dólares por proyecto[3].Verificar
[1] Según información facilitada por COFIDES.
[2] Ver CORPORACION FINANCIERA INTERNACIONAL (CFI), Qué hace la corporación financiera internacional, CFI, Whashington, D.C., 1992, p. 1-18; CORPORACION FINANCIERA INTERNACIONAL (CFI), Cómo trabaja la corporación financiera internacional, CFI, Whashington, D.C., 1992, p. 1-12.
[3] ACEÑA MORENO, F., Financiación de inversiones directas en países en desarrollo, ICEX, 1994, Madrid, p. 13.