Análisis de los resultados económicos latinoamericanos (1950-80) y comparación con los resultados económicos chinos (1979-97)
Las políticas económicas latinoamericanas han sido menos exitosas que las chinas en términos del crecimiento económico real. En el período de 1950 a 1980, el PIB de América Latina creció a una media anual del 5,5%, mientras que en China creció en una media del 10% en los años ochenta y del 12% en los noventa.
Cuadro I.1.28. Tasas medias de crecimiento del PIB per cápita en América Latina (12 países) 1950-1994
(%)
1950-1974 | 1974-1980 | 1980-1990 | 1990-1994 |
2,4 | 2,6 | -0,8 | 1,9 |
Fuente: Benavente, Crespi y Katz sobre la base de datos de la CEPAL
Cuadro I.1.29. PNB de Brasil, Mexico y Argentina en 1965 y 1986
(millones dólares)
| 1965 | 1986 |
Brasil | 19.450 | 206.750 |
Mexico | 20.160 | 127.140 |
Argentina | 16.500 | 69.820 |
Fuente: Banco mundial
La diferencia de crecimiento económico medio es significativa. Pero esta diferencia todavía ha sido más importante en la etapa final del modelo ISI en Latinoamérica. En este sentido, hay que aclarar que el resultado medio en Latinoamérica ha sido satisfactorio en comparación con el resto del mundo, ya que la cifra antes señalada no fue superada de forma significativa por ningún otro grupo de países, desarrollados o en desarrollo, no habiendo muchos casos en la historia económica de unos resultados tales para conjuntos grandes y heterogéneos de países como los que componen la América Latina y el Caribe. No obstante, si analizamos la evolución de los resultados, se aprecia que éstos fueron muy satisfactorios en los años sesenta y setenta, pero que ya a mediados de los setenta algunos países de la región sufrieron una fuerte desaceleración del ritmo de crecimiento del PIB global y del industrial.
Al menor dinamismo que trajo el agotamiento del modelo substitutivo de importaciones se agregaron importantes shocks externos adversos. Las dos crisis del petróleo de los años setenta marcaron el comienzo de grandes turbulencias macroeconómicas en la región, que se acentuaron en los ochenta con la crisis de la deuda, reforzada con el alza de las tasas de interés internacionales, lo que deterioró notablemente la situación macroeconómica de la región y dio lugar a un nulo acceso al flujo voluntario de créditos externos. Asimismo, la caída de la relación de los precios de intercambio y el fuerte desplazamiento de la frontera tecnológica internacional, que ensanchó significativamente la distancia tecnológica entre la región y las prácticas internacionales, afectaron negativamente a la economía. Dado que en los ochenta se recrudecieron los procesos inflacionarios, se aplicaron políticas de estabilización que llevaron a fuertes caídas de la demanda interna. Todo ello afectó significativamente tanto al ritmo como a la naturaleza del crecimiento, dando lugar a la crisis ochenta, que ha sido la peor crisis que ha experimentado América Latina desde la Segunda Guerra Mundial, con tasas negativas de crecimiento en la primera mitad de la década. Los ochenta significaron el punto de ruptura de este sendero de industrialización y el final de la ISI