Ser bilingüe significa poder hablar dos o más lenguas a un alto nivel. Educar a un niño bilingüe tiene muchos beneficios, entre los que se encuentran crear una familia fuerte y un robusto lazo cultural. Parece casi imposible imaginar a un bebé transformándose en una criatura capaz de comunicar y aún más imaginar a una sola persona hablar muchas lenguas. A veces a los padres les disgusta esto. Se les dice que pueden confundirse y tener problemas a la hora de pronunciar el discurso, o incluso que han perdido la ventana de oportunidades. Así que, ¿cómo pueden los padres tratar con las dificultades y ayudar a sus niños a aprender ambas lenguas?
Existen algunos modelos que, dependiendo de la situación familiar, pueden ayudar a lidiar con el problema:
- Necesitas un plan: Tienes que preguntarte a ti mismo cómo de fluidos quieres que sean tus hijos, qué quieres que escriban y lean, quién habla qué y cuándo. Discute esto en la familia y estad de acuerdo. Es muy importante que las parejas encuentren alguna solución que sea aceptable tanto para los padres como para el hijo.
- Tienes que ser entusiasta, realista y, por supuesto, paciente: Escoge solo una lengua para el niño. Después, presta atención al tiempo que tú y tu hijo dedicáis a esa lengua. Existe una recomendación general (aunque sin embargo no hay explicación científica para la misma) mediante la cual los niños deben involucrarse en esa lengua al menos un 30% de su tiempo diario para convertirse en bilingües. Recuerda siempre que educar a niños multilingües requiere paciencia y habrá muchas veces en lasque la duda aparecerá. Como con muchos aspectos parentales, habrá compromisos y altibajos. Pero recuerda: esto también les ocurre a los padres de niños monolingües. No te preocupes si tu hijo no habla las lenguas tan rápido o con tanta habilidad como su amigo. Céntrate en sus logros y felicita el desarrollo de su cerebro.
- Estrategias: Dos estrategias comunes son: “una persona, una lengua” (donde cada padre le habla en su lengua materna) y “la lengua minoritaria en casa” (donde ambos padres usan la lengua minoritaria en casa y la lengua mayoritaria se adquiere en la propia comunidad lingüística). Para añadir otra lengua más allá de las habladas en el núcleo familiar o si tu familia no habla ninguna lengua extranjera, necesitarás la ayuda de un programa de inmersión lingüística o de una canguro.
Educar a un niño bilingüe requiere muchos planes que pueden conllevar mucho trabajo. Se necesitan padres para perseverar una lengua en concreto cuando al usar otra distinta puede ser más fácil. Se necesita, además, ayuda lingüística adicional puesto que los niños manejarán dos lenguas en el colegio y en casa. Al final, te sentirás satisfecho. ¡Buena suerte!