Con movimientos suaves y pacíficos, se mueven en manadas reducidas, las hembras adultas siguen a la matriarca (pues el poder en la estructura social de los elefantes reside en las hembras) con los pequeños entre las piernas de las más grandes. Los machos adultos normalmente se quedan solos bajo los árboles, sintiendo la brisa o tranquilos con sus trompas sumergidas en pozos de agua sin permanecer en la manada a menos de que sea la época de apareamiento… Es una imagen seductora que siempre enciende la imaginación de los músicos. No solo porque el elefante es el mamífero terrestre más grande, ni porque su trompa haga que su cabeza parezca la representación estilizada de un hombre tocando el saxofón, sino porque también, además de todo esto, este animal da la imagen del porte de un ser poderoso y a la vez extenuado.
En los años 1950 el biólogo alemán revolucionario Bernard Rensch descubrió que los elefantes pueden distinguir 12 tonos de la escala musical y recordar melodías sencillas, incluso cuando estas son tocadas con instrumentos diferentes de varios ritmos, tonos y notas. Mientras se encontraba investigando sobre el fenómenos hace algunos años en Bankok, un teclado con teclas gigantes fue creado. Luego de que una breve demostración con un instructor y una elefanta de 60 años que pudo escoger entre 5 programas de radio mientras que los otros paquidermos podían escoger los que más les gustaran. Este experimento que tuvo una duración de 7 meses, demostró que el género preferido era el de música tailandesa tradicional. Esta preferencia por música tradicional llamó la atención de David Sulzer, conocido como David Soldier, un neurocientífico neoyorkino conocido como un compositor y músico de una variedad de géneros que van de clásica y jazz a de vanguardia. David ha hecho instrumentos tradicionales en una escala paquidérmica que luego de un ensayo único quedaron 6 elefantes de entre 7 y 18 años de edad. Desde entonces estos animales improvisan el gong, el vibráfono, la armónica y algunos tambores, parecidos a los balineses, mientras mueven sus orejas, cola y sus piernas con movimientos que según estos investigadores siguen el ritmo y evocan el verdadero rock n ’roll. El concierto de estos “músicos” se convirtió en un álbum musical que realmente no pasó a estar en los primeros puestos de las listas musicales, pues era música atonal un poco rudimentaria pero después Soldier empezó a trabajar en otro álbum de con improvisaciones de ritmos pop.
La “Thai Elephant orchestra” ha grabado tres álbumes musicales, además de las improvisaciones y conciertos cortos a diario en el Centro de Conservación. Aquí abajo podrá encontrar un sencillo del nuevo álbum y un concierto en vivo de este grupo excéntrico.