Durante la escuela, estudiamos muchas asignaturas, desde matemáticas hasta historia, desde latín hasta inglés. Sin embargo, nadie nos enseña a desarrollar la inteligencia emocional, o sea cómo identificar y manejar las emociones, cómo reconocerlas cuando surgen y como navegar a través de ellas. Esto comprende no sólo nuestras propias emociones, sino también las de otras personas, incluyendo sus motivaciones y deseos.
¿Qué es la inteligencia emocional? Según el Inventario de Competencia Emocional y Social publicado por el Hay Group, la inteligencia emocional se define por cuatro atributos fundamentales:
- Conciencia de uno mismo. Cuando eres capaz de entender por qué respondes de cierta manera a una situación, entonces eres capaz de controlarla mejor y evitar el estrés y la incomodidad que esta implica. La otra fuente de auto-conciencia es una comprensión de la manera en que otros te responden.
- Autogestión. Es tu capacidad para adaptarte a situaciones de cambio mientras te mantienes positivo, sin reaccionar a ellas rápidamente. La gestión de tus impulsos es la única manera de hacer frente a los retos con éxito y evitar que te sientas abrumado.
- Conciencia social. Es la capacidad de entender las necesidades y preocupaciones de los demás. Las personas que son socialmente conscientes son capaces de relacionarse con los demás y atraerlos. Saben cómo hacer que cada individuo se sienta especial, entendido y respetado.
- Gestión de relaciones. Es la capacidad de nutrir las relaciones e inspirar a las personas. Este es el atributo que más comparten los líderes. Inspirar a otros es natural para ellos y porque la gente cree en estos líderes fuertes, ellos son más propensos a superar desafíos.
¿Por qué son importantes las emociones? Muchos investigadores creen que las habilidades emocionales deberían tener un alto grado de importancia en la enseñanza, al igual que las matemáticas, la lectura, la historia y la ciencia. De hecho, la investigación ha descubierto que a las personas que desarrollan la educación emocional les va mejor en la escuela, tienen mejores relaciones y tienen menos comportamientos poco saludables.
Además, hoy en día se buscan las llamadas habilidades sociales (social skills) – que incluyen persistencia, manejo del estrés y comunicación – en el mundo del trabajo, a medida que los empleos se mecanizan.
¿Cuántas emociones hay? Mientras que los científicos y los educadores están de acuerdo en la necesidad de enseñar emociones, no coinciden ni en el número de emociones ni en su clasificación.
El psicólogo Robert Plutchik afirma que hay más de 90 definiciones diferentes del término «emoción», sugeridas por varios psicólogos. Por esta razón, la dificultad de definir e identificar las emociones aumenta, especialmente si las consideramos como una experiencia muy personal.
Una de las principales teorías es la de la «rueda de las emociones», formulada por Plutchik, que reconoce ocho emociones primarias opuestas: alegría contra tristeza; rabia contra miedo; censura contra dolor; sorpresa contra anticipación. Estas emociones básicas se mezclan y se unen para formar una amplia gama de sentimientos.
¿Cuál es la situación actual? A los niños a menudo se les enseña a ignorar o cubrir sus emociones. Nuestras emociones pueden darnos información valiosa sobre el mundo, pero nos enseñan a no escucharlas.
Es igualmente peligrosa la práctica de esconder una emoción detrás de otra: los hombres, en particular, tienden a ocultar sentimientos de vergüenza bajo la ira, la agresión y, con demasiada frecuencia, la violencia.
¿Cómo se puede desarrollar la inteligencia emocional? En 2005, el Centro de inteligencia emocional de la Universidad de Yale desarrolló un programa escolar para enseñar sobre las emociones, cuyo nombre – RULER – es un acrónimo inglés para sus cinco metas: Recognizing (reconocer las emociones en uno mismo y en los demás), Understanding (comprender las causas y consecuencias de las emociones), Labeling (etiquetar experiencias emocionales con un vocabulario preciso y diverso), Expressing and Regulating (expresar y regular las emociones de manera que promuevan el crecimiento).
La estrategia de este método es enseñar a los niños a centrarse en el tema subyacente de una emoción en lugar de perderse en tratar de definirla. Cuando una emoción te agarra, la comprensión de sus contornos temáticos puede ayudar a «nombrarla para domarla».
Los investigadores del Centro de Inteligencia Emocional de Yale han encontrado que las escuelas RULER tienden a ver menos acoso, menos ansiedad y depresión, más liderazgo estudiantil y notas más altas.
Entonces, ¿por qué la educación emocional no es la norma sino la excepción?
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