Aquí es la segunda parte de los 10 mejores inventos de Leonardo da Vinci.
Tanque blindado
Mientras trabajaba para Ludovico Sforza, duque de Milán, da Vinci propuso lo que puede haber sido su mejor máquina de guerra: el tanque blindado. Movido por la fuerza de ocho hombres, el tanque blindado era un casco móvil con 36 cañones que asomaban por los lados. Funcionaba a través de un sistema de engranajes propulsados por manubrios que giraban una serie de ruedas. Los ocho hombres habrían estado protegidos por el casco exterior de manera que podían conducir el tanque a ritmo de paseo en el fragor de la batalla sin herirse. Los cañones, al disparar en todas direcciones, habrían sido devastadores para las filas enemigas. El esquema del tanque blindado en los cuadernos de da Vinci contiene un fallo curioso: los engranajes hacen que las ruedas delanteras se muevan en dirección opuesta a las ruedas traseras. Si se hubiera construido así como lo indica, el tanque no habría podido moverse. Da Vinci era demasiado inteligente para hacer un error tan trivial sin querer, por lo que los historiadores han propuesto una serie de motivos por los cuales da Vinci lo habría hecho deliberadamente. Tal vez no quería realmente que la máquina de guerra se construyera. O tal vez tenía miedo de que su esquema pudiera caer en manos enemigas, de manera que cometió el error para asegurarse de que nadie excepto él pudiera construir el tanque.
Carro autopropulsado
El carro autopropulsado de da Vinci puede considerarse como el primer automóvil de la historia. En realidad, como no tiene conductor, se puede considerar también como el primer vehículo robot de la historia. Los dibujos que da Vinci hizo en sus cuadernos no revelan el mecanismo interior del coche y los ingenieros modernos han tenido que suponer con qué se movía. La mejor suposición es que utilizaba un mecanismo impulsado por resortes parecido al de un reloj. Los «resortes espirales» estaban dentro de unas envolturas con forma de tambor y se podían enrollar a mano. Cuando los resortes se desenrollaban, el coche se impulsaba como un juguete de cuerda. La dirección se podía manejar a través de una serie de bloques colocados entre los resortes, aunque el hecho de que el coche solo podía girar a la derecha limitaba su capacidad de uso. Por lo visto, Leonardo consideraba su carro como algo parecido a un juguete, pero no es difícil imaginar que, si realmente hubiera sido construido, habría tenido aplicaciones útiles en breve.
Ciudad del futuro
Cuando Leonardo vivía en Milán en torno al año 1400, la peste negra había devastado Europa. Las ciudades sufrían mucho más que el campo y da Vinci pensó que había algo en ellas que las hacía particularmente vulnerables a las enfermedades. Esta idea es sorprendentemente moderna, ya que la teoría microbiana de la enfermedad no se estableció hasta principios del siglo XX. Da Vinci se inspiró para trazar planos de uno de sus inventos más ambiciosos: una ciudad planificada, diseñada enteramente para ser higiénica y habitable. El resultado fue un triunfo del urbanismo que desafortunadamente no se construyó nunca. La «ciudad ideal» de da Vinci estaba dividida en varios niveles, con todo lo que era antihigiénico en los niveles más bajos y con una red de conductos aptos para la rápida eliminación de residuos. El agua habría sido repartida entre los edificios a través de un sistema hidráulico que prefiguraba las fontanerías modernas. Por supuesto, los recursos necesarios para construir la ciudad iban mucho más allá de los medios a disposición de da Vinci y él nunca encontró a un mecenas dispuesto a pagar para su construcción.
Tornillo aéreo
Si no hay otra opción, se puede decir que el tornillo aéreo de da Vinci es uno de los mejores diseños esbozados en sus cuadernos. Al funcionar casi como un moderno helicóptero, esta máquina voladora se parece mucho a un molinete gigante. Las «palas» del helicóptero estarían hechas de lino. Al girar bastante rápido, deberían producir propulsión, el fenómeno aeronáutico que hace que los aviones y los helicópteros vuelen. La presión del aire se acumularía bajo cada pala, levantando la máquina voladora hacia el cielo. Al menos, esa era la idea. ¿El tornillo aéreo realmente habría funcionado en la práctica? Probablemente no. Y es una lástima, habría sido increíble en vuelo.
Caballero mecánico
Si el carro autopropulsado fue el primer diseño práctico para un vehículo automático, el caballero mecánico habría sido el primer robot humanoide, un verdadero C-3PO del siglo XV. Da Vinci estaba fascinado por la anatomía humana y pasaba muchas horas disecando cadáveres para comprender cómo funciona el cuerpo humano, lo cual le hizo entender cómo los músculos impulsan los huesos. Él dedujo que los mismos principios podían aplicarse también a una máquina. A diferencia de la mayoría de sus inventos, parece que Leonardo construyó realmente el caballero mecánico, aunque se utilizaba principalmente como entretenimiento en las fiestas de su adinerado mecenas Ludovico Sforza. El robot de da Vinci no ha sobrevivido y nadie sabe exactamente lo que era capaz de hacer, pero parece que podía caminar, sentarse e incluso manejar la mandíbula. Se impulsaba por un sistema de poleas y engranajes. En 2002, el experto de robótica Mark Rosheim usó los apuntes de da Vinci para construir un modelo operativo del caballero mecánico y algunos de sus conceptos han sido posteriormente utilizados por Rosheim para el diseño de robots de exploración planetaria que la NASA utilizaría. En conclusión, después de medio siglo de exploración espacial, los diseños de da Vinci por fin consiguieron llegar al espacio.
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