Asimismo, se liberalizaron los precios, aumentando considerablemente: entre 1978 y 1980 crecieron en una media de un 30% y entre 1980 y 1983 en una media de un 13%; posteriormente, en 1988 hubo una importante liberalización de los precios del azúcar, huevos, vegetales y cerdo, y en 1991 del grano y del aceite de semillas.
Por otra parte, se abandonó el énfasis del período Maoísta en la producción de grano como único producto agrícola, favoreciéndose la diversificación de la agricultura, por ejemplo, mediante subidas en los precios de nuevos productos, como el algodón.
También se favoreció la creación de un mercado de productos agrícolas mediante el aumento de la parte de la producción que los campesinos podían vender libremente en el mercado (los campesinos debían entregar un determinado volumen al Estado y el resto podía ser vendido libremente en el mercado). En la actualidad, en una buena parte de las explotaciones pequeñas se han eliminado las cuotas de productos agrícolas que deben ser vendidos al Estado.
Asimismo, se han fomentado las explotaciones familiares dedicadas a la producción exclusiva para el mercado, en sectores como la apicultura, cría de conejos, pollos o visones. También se ha fomentado el comercio rural-urbano, se ha introducido la venta al por mayor, se han promovido los mercados locales y se han creado mercados de futuros de grano.
Préstamos sin intereses (subvenciones en caso de que no se lleve a cabo la inversión) para las operaciones previas a la inversión, como la identificación y selección del socio, la realización de estudios de viabilidad, de estudios de mercado, instalación de unidades piloto de producción y fabricación de prototipos[1].
– Participaciones en capital transitorias y préstamos participativos para financiar las necesidades de capital de las JV, hasta el límite del 20% del capital de ésta y hasta el límite de un millón de ecus[2].
– Préstamos sin intereses para formación y asistencia a la gestión[3], hasta el 50% del coste de las actividades de formación y hasta un importe de 250.000 ecus. La devolución debe realizarse de una sola vez transcurridos cinco años desde su solicitud[4].
[1] ACEÑA MORENO, F., Financiación de inversiones directas en países en desarrollo, ICEX, 1994, Madrid, p. 49.
[2] ACEÑA MORENO, F., Financiación de inversiones directas en países en desarrollo, ICEX, 1994, Madrid, p. 50.
[3] Según información facilitada por COFIDES.
[4] ACEÑA MORENO, F., Financiación de inversiones directas en países en desarrollo, ICEX, 1994, Madrid, p. 51.