TRADUCTORES NAVARRA

Texto original en castellano:

Como ha sucedido en China, la inversión extranjera ha permitido adquirir nuevas tecnologías complejas, técnicas de administración y equipos y han contribuido a que la industria de los países asiáticos en desarrollo haya alcanzado grandes niveles de eficiencia productiva mediante la especialización y a que haya penetrado a mercados internacionales exigentes. Asimismo, las estrategias de promoción de exportaciones propias de estos países se apoyaron en parte en la inversión extranjera directa, contribuyendo ésta al crecimiento de las exportaciones, ya que estuvo orientada a los sectores exportadores.

Es de destacar el papel de la inversión japonesa en el resto de países de Asia Oriental y el papel de la integración industrial de la región. Japón ha jugado un papel de economía dominante y motor de la expansión de la región, suministrando mucho capital y tecnología, lo que ha sido facilitado por las relaciones competitivas y económicamente interdependientes entre los países asiáticos, que ha tenido como consecuencia principal la integración intraindustrial de la región a través del comercio intrarregional.

Japón ha iniciado una cadena en la que los países y regiones más desarrollados han transferido sus industrias a los países y regiones menos desarrollados de manera dinámica, de modo que, con el tiempo, la industria de cada país o región se mueve de un nivel más bajo a uno más elevado. Esta cadena comenzó en los años 60 cuando Japón experimentó su expansión económica, continuó en los años 70 cuando los “cuatro  dragones” (Taiwan, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur) despegaron económicamente y fue complementada en los años 80 cuando los “tres  tigres” (Tailandia, Malasia e Indonesia) aceleraron su desarrollo. Dada esta interdependencia, Japón ha jugado un papel importante como desencadenante de la actual crisis asiática.

Por último, hay que hacer alusión al papel que ha jugado la estabilidad macroeconómica. Los países asiáticos se han caracterizado por el control de la inflación, que ha sido relativamente baja, situándose el índice medio de la región en un 8,7% en 1995. Este nivel moderado de inflación es el resultado de un estricto control presupuestario del gobierno y de las cuentas externas. Las bajas tasas de inflación han permitido mantener tasas de interés estable, lo que, a su vez, ha propiciado la inversión privada.

Por otra parte, la deuda externa de algunos de los países asiáticos tienen garantía pública, pero ninguno de ellos tuvo que renegociar su deuda externa durante los ochenta a pesar de que durante algunos años ésta ha sido bastante alta en relación al PIB. La credibilidad internacional de estos países atrajo capital, sobre todo europeo, lo que les ha permitido endeudarse a corto plazo y así no comprometer las tasas de inversión durante los períodos de crisis.

Texto traducido al inglés:

As has happened in China, foreign investment has enabled the acquisition of complex new technologies, management techniques, and equipment, which have contributed to the development of high levels of productive efficiency in the industries of developing Asian countries through specialization and access to demanding international markets. Likewise, these countries’ export promotion strategies were partly supported by foreign direct investment, which contributed to export growth as it was directed toward export-oriented sectors.

Notably, Japanese investment has played a critical role in the rest of East Asia, as has the industrial integration of the region. Japan has been a dominant economy and a driving force in the region’s expansion, supplying significant capital and technology. This has been facilitated by the competitive and economically interdependent relationships among Asian countries, which has led to the main outcome of intra-industrial integration in the region through intraregional trade.

Japan initiated a chain in which the more developed countries and regions have dynamically transferred their industries to less developed countries and regions, allowing each country or region’s industry to advance from a lower to a higher level over time. This chain began in the 1960s when Japan experienced its economic expansion, continued in the 1970s when the “Four Dragons” (Taiwan, Hong Kong, Singapore, and South Korea) took off economically, and was complemented in the 1980s when the “Three Tigers” (Thailand, Malaysia, and Indonesia) accelerated their development. Given this interdependence, Japan has played an important role as a trigger of the current Asian crisis.

Finally, we must highlight the role of macroeconomic stability. Asian countries have been characterized by controlled inflation, which has been relatively low, with the regional average standing at 8.7% in 1995. This moderate level of inflation is the result of strict government budgetary control and oversight of external accounts. Low inflation rates have allowed for stable interest rates, which, in turn, have encouraged private investment.

Additionally, the external debt of some Asian countries is publicly guaranteed, yet none of them had to renegotiate their external debt in the 1980s, despite it being relatively high in some years relative to GDP. The international credibility of these countries attracted capital, especially from Europe, which allowed them to borrow short-term without compromising investment rates during crisis periods.