¿Por qué existen estilos tan diferentes en el fútbol? ¿Por qué algunos son tan fluidos y expresivos, y otros tan rígidos y formales? La respuesta se remonta al siglo XX, cuando el fútbol hizo su aparición en Latinoamérica y cada país adquirió un estilo que reflejaría su propia identidad y cultura.
El fútbol se introdujo en Argentina a principios de siglo gracias a los trabajadores británicos que vivían en Buenos Aires. Empezó siendo un deporte de élites que se practicaba en clubs selectos, donde negaban la entrada a los argentinos y les impedían jugar. La manera en la que jugaban los británicos en aquella época reflejaba su estilo de vida: rígido, calculado y profesional; un estilo que en parte perdura en el fútbol actual. Tras la creciente popularidad entre las elites británicas en Buenos Aires, los argentinos también empezaron a cultivar un gran interés por este deporte y a reproducir lo que veían en el campo.
La nueva variedad de fútbol argentino era completamente diferente del rígido referente inglés: animaba a los jugadores a exhibir individualmente sus habilidades, su velocidad y su fulgor. Así nació el estilo criollo, que se centraba en la creatividad y el regateo, lo cual contrastaba claramente con el estilo rígido y casi robótico de los jugadores británicos. A través del fútbol, los argentinos vieron la posibilidad de exhibir toda la creatividad y excentricidad de su cultura y eso fomentó la creación de una nueva identidad nacional basada en ese deporte.
Durante muchos años los británicos y los criollos jugaron en ligas separadas, lo cual manifestaba la segregación cultural que existía a principios del siglo XX. No obstante, la nueva identidad nacional argentina, forjada a través del fútbol, empezó a emanciparse tanto de la cultura británica como del estilo de vida europeo. El fútbol y la cultura argentina se vincularon al estilo de juego creativo que se exhibía en todo el país.
A medida que este deporte se fue desarrollando en Argentina, los equipos criollos empezaron a vencer a los británicos en su propio juego y, por tanto, la cultura argentina, tan centrada en el fútbol, empezó a sobreponerse a la identidad británica extendida por todo el país. Toda Argentina disfrutaba del fútbol como un deporte y como una competición, pero al mismo tiempo era una herramienta determinante para allanar el camino a una nueva identidad nacional cuyas raíces se encuentran en el estilo veloz, llamativo y espectacular de su fútbol.
Hoy en día aún perdura en el fútbol argentino ese estilo veloz y creativo. El énfasis en los regates y el juego artístico se pueden apreciar en muchos de los grandes jugadores actuales como Messi, Agüero y Di Maria, que exhiben ese estilo de orígenes históricos y culturales tan importantes para la creación de una identidad nacional argentina.