“Las Siete maravillas del mundo antiguo” es un listado de monumentos increíbles que fueron construidos entre el año 3000 a.C. y el año 476 d.C.
La práctica de incluir en una lista unas Siete Maravillas comenzó probablemente en la Grecia antigua. Los antiguos romanos también hacían listas de cosas memorables que los viajeros deberían ver: hicieron muchos listados, en los cuales siempre figuraban monumentos realizados por los humanos, considerados notables debido a su magnificencia o por otras cualidades insólitas.
En este artículo se mostrarán a continuación las siete Maravillas del mundo antiguo más frecuentemente listadas.
Las Pirámides de Guiza, construidas como tumbas destinadas a los faraones, son las más antiguas y las mejor conservadas de todas las Maravillas del mundo antiguo. Estas tres famosas pirámides fueron construidas entre el 2600 y el 2500 a.C., y entre ellas destaca la mayor, llamada La Gran Pirámide, que consta de 137 metros de altura y 5 hectáreas de longitud. Sus grandes dimensiones fascinaban a los griegos y romanos, que desconocían la importancia religiosa de las pirámides como sepulcros y las consideraban como extravagancias absurdas de los Reyes Egipcios.
Los Jardines Colgantes de Babilonia fueron construidos probablemente por el rey Nabucodonosor II, que gobernó Babilonia del 605 hasta el 562 a.C., para una de sus esposas. Babilonia estaba situada cerca de la moderna Bagdad, en Iraq. La comunidad científica no pudo certificar si realmente existen restos de los jardines, la información que tenemos viene de cuentos de Berossus, un sacerdote babilónico del 200 a.C., que describe jardines que colgaban en una terraza de ladrillos larga 120 metros y 23 metros sobre el suelo. Para regar las flores y los árboles los esclavos trabajaban en turnos para traer aguas de las orillas del río Éufrates.
El Templo de Artemisa de Éfeso, construido en el 550 a.C., era uno de los templos más grandes y complejos que se realizaron en la antigüedad. Situado en la ciudad griega de Éfeso, en la costa occidental de la actual Turquía, fue realizado casi totalmente en mármol, con excepción del tejado de madera cubierto de tejas, por el arquitecto Quersifrón junto con su hijo Metágenes e iba dedicado a la diosa griega Artemisa. Su cimiento medía 115×55 metros y tenía 106 columnas de 12 metros de alto en doble fila alrededor del espacio interior, algunas de las cuales donadas por Creso, rey de Lidia. El templo fue destruido por un incendio en el 356 a.C., se construyó otro parecido en el mismo cimiento, pero este también fue arrasado por los godos en el 262 d.C. Del segundo templo quedaron solamente los fundamentos y algunas esculturas (ahora expuestas en el British Museum, en Londres).
La estatua de Zeus en Olimpia (Grecia), quizás una de las más famosas del mundo antiguo, fue elaborada por el escultor griego Fidias sobre el 435 a.C. e iba dedicada a Zeus, el rey de los dioses. La estatua medía 12 metros de alto y mostraba Zeus sentado en su trono: adornos realizados en oro, el cuerpo de marfil, la cabeza coronada de olivo y en la mano derecha llevaba una Niké, su mensajera, mientras que en la izquierda llevaba el cetro rematado por un águila.
El Mausoleo de Halicarnaso, en la actual Turquía suroccidental, era un monumento funerario gigante, de mármol blanco. Fue construido en el 353 a.C. para Mausolo, un sátrapa del Imperio persa. Sus dimensiones y su decoración lo hicieron tan famoso que ahora todos los monumentos funerarios se suelen denominarlos «mausoleos». Medía aproximadamente 41 metros de alto y tenía una base rectangular por debajo de una columnata de 36 columnas, que a su vez sostenía una pirámide escalonada cuya cima probablemente era coronada por una estatua de Mausolo en su carro. Este monumento fue proyectado por los arquitectos griegos Sátiro y Piteo, mientras que de los relieves escultóricos se encargaron cuatro famosos escultores griegos: Leocares, Briaxis, Escopas y Timoteo. La parte superior del mausoleo fue destruida por un terremoto y sólo se salvaron algunos restos de la construcción y de las decoraciones, que hoy se pueden admirar en el British Museum de Londres.
El Coloso de Rodas era una gran estatua de bronce que se encontraba en el puerto de Rodas, una isla bañada por el Mar Egeo. Iba dedicada a Helios, el hijo de los dioses griegos. Medía 37 metros de alto, la misma altura de Estatua la Libertad. El escultor griego Cares, empezando acerca del año 200 a.C., trabajó durante 12 años para su realización, usando bloques de piedra y barras de hierro de 6,8 toneladas métricas para dar soporte a la escultura suspendida. En el año 224 a.C., el Coloso fue destruido por un terremoto y el soporte metálico restante se vendió en 653 d.C.
El Faro de Alejandría (denominado también el Foro de Alejandría), de más de 122 metros de altura, se encontraba en la isla de Faro y de eso cogió su nombre. El edificio, completado durante el reinado de Tolomeo 2 (283-246 a.C.) y diseñado por el arquitecto griego Sóstrato, se elevaba de una plataforma de piedra formada de tres secciones, de las cuales la de fondo proporcionaba la luz. Se mantuvo por 1.500 años, luego fue destruido por un terremoto.
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