¿Alguna vez te has preguntado por qué las teclas de tu teclado están dispuestas de esa manera aparentemente tan desordenada? Los orígenes del teclado QWERTY se remontan a finales del siglo XIX, cuando las máquinas de escribir revolucionaron la escritura. La posición que tenían sus teclas es la misma que podemos ver hoy en los teclados de ordenadores, teléfonos y tablets de todo el mundo. ¿Acaso no se podrían colocar las teclas de una forma más sencilla o más convencional, para que la gente aprendiera a escribir más rápido? ¿Por qué no se colocan en orden alfabético? Obligamos a los niños a aprender el alfabeto concienzudamente y cuando los ponemos delante de un teclado tienen que volver a aprender el orden de las letras. Quizás por eso tantas personas teclean tan lento y usando un solo dedo.
La cuestión es: ¿por qué usamos un teclado tan poco eficiente y con una disposición tan aleatoria, si ciertamente desde que se estableció esta disposición de las teclas en 1873 hemos tenido tiempo suficiente para desarrollar un teclado universal mucho más eficiente?
La respuesta la encontramos en la revolución que supuso la máquina de escribir. Tras su invención en la década de los 60 del siglo XIX, se convirtió en una herramienta muy útil para la creación de documentos, libros, artículos y periódicos por igual. Cuando la gente empezó a acostumbrarse a escribir a máquina y, por tanto, a teclear más rápido, en seguida se hizo evidente que el orden alfabético de las teclas generaba problemas mecánicos. El origen de tales problemas se encontraba en el mecanismo de las primeras máquinas de escribir: cuando se tecleaba rápido, las varillas mecánicas que imprimían las letras en el papel se atascaban. Esto se debía a que algunas de las letras que se usan con más frecuencia se encontraban muy juntas. El estadounidense Christopher Sholes decidió transformar el teclado y separó las letras más usadas para ralentizar el tecleo y evitar así problemas mecánicos. Así surgió QWERTY.
Sin embargo, casi un siglo y medio más tarde, el invento de Shole todavía pervive, aunque se ha demostrado en muchas ocasiones que existen teclados mucho más eficientes. ¿Por qué no usamos un teclado ordenado alfabéticamente? Hoy en día, la mecánica ya no es un problema, dado que la era tecnológica ha hecho desaparecer las pesadas tuercas y los aparatosos engranajes. ¿No deberíamos buscar un patrón más simple, que permitiera que los niños que aprenden el alfabeto a edades tempranas pudieran teclear de manera más rápida y sencilla?
En 1936 el doctor August Dvorak inventó una versión modificada del teclado que resultó ser más fácil y eficiente que su predecesora. Sin embargo, aun sabiendo que QWERTY estaba diseñado específicamente para ralentizar la escritura, el teclado de Dvorak no logró sustituirlo, porque el QWERTY se inventó primero y una vez que nos acostumbramos a él, ya no tenía sentido cambiar de sistema. ¿No resulta irónico que en una sociedad diacrónica que siempre mira hacia el futuro sigamos aceptando un sistema tan anticuado en nuestros dispositivos modernos? Teniendo en cuenta que una vez que tenemos algo que nos gusta, otras cosas mejores no prosperan, podríamos decir que nuestra forma de pensar es muy poco progresista. Imaginemos tener que cambiar de repente los teclados de miles de millones de personas y reprogramar su manera de pensar… Supongo que hay inventos del pasado que, aunque sean lentos y poco eficientes, es imposible dejarlos atrás.